Dos frases que se suelen decir sin pensar, sin sentirlo realmente, toda una farsa. Una farsa que se cree quien lo recibe, que le ilusiona o le destroza y después tú ¿qué haces? A quien le dices te amo: lo dije sin pensar, la verdad es que creo que mejor dejarlo y le rompes el corazón; a quien le dices te odio: no le dices nada porque directamente no te habla, lo intentas pero no lo consigues, Al final todo acaba igual, tres personas hechas polvo pero el que más siempre eres tú y así aprendes a pensar y, sobre todo sentir, antes de decirlo aunque probablemente lo seguirás haciendo.
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