Y cuando comienzas a creer que todo va cuesta abajo y sin frenos hay algo que te dice que empieces a frenar, que te para, y te asegura que la vida no es decaer si no caer y volverse a levantar, llorar cuando tengas ganas, necesidad, por emoción, risa, o tristeza; reír, cuando haces el tonto, recuerdas momentos divertidos, o cuando únicamente quieres amanecer con agujetas en la boca. Que la vida, no es aferrarse a una persona, si no a todas las que puedes y que se aferren a ti. Que la vida te depara muchos momentos, buenos, malos, mejores y peores, y depende de ti y de tu forma de asimilar la vida de como te afecten. Que la vida no acaba por pequeñas tonterías, ni comienza con pequeños detalles. La vida cuando comienza o acaba lo hace a lo grande.